Blog de literatura y pensamiento

Ilustración de Christian Schloe


Copyright de todos los textos publicados en este blog con el nombre de Olga Beltrán Filarski.





23 junio 2022

Confesiones de una hormiga




            Soy una hormiga obrera, una más de la colectividad que ayudo a construir y proteger y que a su vez me protege a mí. Sola no podría sobrevivir, no hay modo de escapar a ese sino. Pero aun así debo confesaros algo: cuenta la leyenda que una cigarra y una hormiga se encontraron una vez, hace tiempo ya. La cigarra, burlona, se mofaba de la pobre hormiga laboriosa, esclava de sus obligaciones mientras la otra cantaba y jugueteaba gozando del sol del verano, ajena a los rigores invernales que ineludiblemente habrían de llegar. La hormiga precavida, tratando de hacer oídos sordos a las humillantes burlas de la cigarra, continuó impasible su trabajo. Fueron duros los días de las primeras lluvias tras el estío. En más de una ocasión ella y todas sus compañeras a punto estuvieron de perecer, pero gracias a sus penosos esfuerzos lograron sobrevivir a aquellas hecatombes y reparar empecinadamente una y otra vez su hormiguero en peligro. Las provisiones que habían acumulado diligentes durante el verano fueron su sustento en los días de mal tiempo, mientras que la cigarra, desconocedora de cualquier previsión pereció llevándose a la tumba sus burlas hacia la resignada hormiga. Mucho tiene de sabia y acertada esta historia, no lo negaré, pero... a pesar de todo. no consigo sacarme de dentro el pesar que llevo siempre conmigo y que hasta ahora jamás he osado confiarle a nadie: ¡qué no daría yo por haber disfrutado de un solo día de la felicidad y despreocupación de la cigarra!, ¡qué no daría yo por conocer el secreto de su canto enloquecido, por haber saboreado su libertad brincando a la luz del sol cegador...! Tanto esfuerzo..., para qué. Tal vez sobreviva hasta el próximo invierno, a un nuevo letargo, hasta que regresen los días de producción, las fatigas de reconstrucción del hormiguero, el sortear afanosa las lluvias, contentar a la reina, almacenar alimentos bajo la implacable vigilancia de las soldados... Ese es mi secreto, esa ansia soterrada de pertenecer a otra especie mientras continúo con estoicismo y resignación mis labores cotidianas de las que soy esclava. Pero... ¡tsss...! Nada digáis de esto a nadie, pues por mucho que sueñe, no puedo escapar de mi condición, y ese no es sentir propio de hormigas; si las demás lo supieran, sería mi fin.

                 Olga Beltrán Filarski


15 junio 2022

Herejes


Criaturas peregrinas de alas irrefrenables,
espíritus sin confines,
caminantes de senderos invisibles,
cazadores de horizontes
que confrontan los abismos
devorando el propio miedo.

Perseguidos, condenados, denostados,
carne de burlas, carne de hoguera,
pero eternamente libres,
insultantemente libres,
esclavos si acaso de su pasión,
que nadie podrá enjaular.

Buscadores de verdades que agravian a la ignorancia apoltronada,
herejes que empequeñecen a flácidos dioses de barro
y resquebrajan sin pudor los cimientos de los templos.

Destructores de rejas herrumbrosas,
fugitivos de oscuras mazmorras
de las que otros, prisioneros voluntarios,
obedientes de sus guardianes,
jamás querrán huir, 
hechos a sus sombras y a su aire pestilente 
como espectrales criaturas de ultratumba.

Rastreadores de utopías bordeando el precipicio,
desafiando al fracaso y al escarnio,
dispuestos a bajar a los infiernos por querer tocar el cielo.
Viajeros indomables,
exploradores de sí mismos,
constructores de mundos nuevos,
navegantes a contracorriente,
conquistadores de universos prohibidos.

                                                                                        Olga Beltrán Filarski