Blog de literatura y pensamiento

Ilustración de Christian Schloe


Copyright de todos los textos publicados en este blog con el nombre de Olga Beltrán Filarski.





14 abril 2020

La pantera cautiva





 En los intrincados recovecos de su memoria yacen soterrados recuerdos remotos, el legado genético de sus antepasados, el conocimiento inconsciente de aquello para lo que la naturaleza la creó, sus ancestrales instintos desterrados, sofocados en un exilio de por vida en la celda en que nació cautiva, su cuerpo, prisionero, como su alma; un ser degradado entre rejas a través de las que cientos y miles de ojos horadan su intimidad. Jamás ha contemplado los rayos del sol irrumpiendo como lanzas ígneas entre la vegetación exuberante, nunca trepó a los árboles para olisquear la cúpula del cielo que la selva cicatera niega a sus criaturas, ni anduvo con su sigilo de felino por las ramas nudosas enmarañadas de plantas que también sienten nostalgia de la luz. No ha escuchado chillidos y cantos de pájaros voluptuosos, ni han colmado su olfato olores incitantes de apetecibles presas que excitan la adrenalina, desconoce el vértigo de la caza envuelta por las cómplices sombras de la noche, la libertad y el placer de pasear con orgullo su silueta esbelta y temible entre el follaje viendo y sin ser vista, protegida por la espesura de miradas indeseables. 
Anda de un lado a otro de su reducida celda, inquieta, cabizbaja, hastiada, humillada en su prisión, mientras la gente contempla en su día de asueto el patético remedo de una pantera. Debe agradecer a sus carceleros, como muchos de los otros seres castrados que residen entre los muros del presidio, al servicio de la insaciable curiosidad humana, la supervivencia de su especie, amenazada en los territorios para los que la naturaleza la dotó, la supervivencia a cualquier precio, a costa de toda dignidad, una supervivencia engañosa; e inútil: la pantera real no es ese ser degenerado de mirada triste que se consume entre barrotes, jamás nadie podrá enseñarle a nadie qué es una pantera a través de esa lamentable visión. Lo único que podría aprenderse ante esa jaula es lo que no debe hacérsele jamás a un ser vivo.


                                                                                                Olga Beltrán Filarski

No hay comentarios:

Publicar un comentario